Conmemoramos hoy el aniversario número 48 del último golpe de Estado en Argentina, ejecutado por las Fuerzas Armadas y con la indispensable participación de empresarios, banqueros, jerarcas de la Iglesia católica, y burócratas sindicales y de los principales partidos patronales como el PJ y la UCR.
El plan de exterminio que llevaron adelante, en el marco del Plan Cóndor, ideado por el imperialismo estadounidense para aplastar a las organizaciones obreras en el cono sur, mediante la anulación de todas las libertades democráticas, el secuestro, las torturas, las violaciones y los asesinatos, llevó a más de 30.000 compañeras y compañeros a desaparecer, sin que aún se hayan esclarecido estos crímenes, debido a que todos los gobiernos democráticos preservaron información vital al respecto, al negarse a abrir los principales archivos de la dictadura.
Ante la ponderación que se hace de la democracia burguesa, como un tipo de régimen de libertad en el que la represión se debe a excesos, o a algunos funcionarios desquiciados, decimos que esto es falso. En períodos de relativa estabilidad, o de bajos niveles de conflictividad social, las clases dominantes prefieren la democracia como medio más efectivo de ordenamiento, control y disciplinamiento. Cuando la lucha obrera y popular se vuelve incontrolable, estos mismos demócratas son los primeros en violar las mismas normas que pregonan, tal como lo demuestra el hecho de que operaron proscripciones, todo tipo de prohibiciones, censura, y represión estatal y paraestatal (Liga patriótica, Comando Libertadores de América, Alianza Anticomunista Argentina). Cuando esto se torna insuficiente, es que recurren al partido militar, para intentar eliminar físicamente a cada luchadora y luchador. El 80% por ciento de los desaparecidos de la última dictadura militar fueron trabajadores combativos.
Los mismos de siempre
Los ganadores de la última dictadura militar fueron los grandes empresarios, los terratenientes, la burguesía rural e industrial, los banqueros y especuladores financieros, que hicieron negocios siderales. Desmantelaron conquistas históricas del movimiento obrero, y gracias al pacto tácito con los principales partidos y coaliciones nacionales, lograron aumentar escandalosamente la deuda externa, hecho que fue acompañado por cada uno de los gobiernos constitucionales.
Destacamos también la impunidad de la que se han beneficiado dirigentes políticos y sindicales hasta el día de hoy. Las patotas de la burocracia sindical fueron parte de la estructura que integró la Triple A, junto a policías y militares durante el último gobierno de Perón, y después pasaron a operar para la dictadura del ’76. Hugo Moyano fue uno de los miembros distinguidos, siendo de la Juventud Sindical. Los patrones necesitaban a estos grupos para amedrentar y asesinar a delegados y obreros combativos.
En la provincia de San Luis, Oraldo Britos, que fue un burócrata sindical de la Unión ferroviaria y un destacado político local, formó parte de la Triple A, y murió sin aportar información al respecto, en tanto que los hermanos Rodríguez Saá ostentaron durante décadas el poder político, siendo los que entre otros firmaron la carta al almirante Massera, exigiendo castigo ejemplar para militantes a quienes denunciaron con nombre y apellido. En tanto que a nivel nacional, dirigentes como Guillermo Moreno y Miguel Pichetto, que formaron parte de un grupo neonazi llamado Guardia de hierro, también ligado posteriormente a la Triple A y a la dictadura, hoy reciben atención mediática como si fueran seres nobles.
La casta es una sola
A pesar de la retórica que diferencia a quienes se pelean por ganar las elecciones, y de divergencias sobre cómo hacernos pagar el costo de la crisis capitalista, el oficialismo y la oposición patronal están unidos y organizados para la defensa del capital. En esta cruzada, Milei no está solo, porque los gobernadores también hacen su parte, más allá del cacareo.
El ataque permanente hacia nuestras condiciones de vida, mediante la inflación, las suspensiones, los despidos, los taritazos, los intentos de reforma laboral, el techo salarial, las jubilaciones miserables, el protocolo represivo de Bullrich y la posible intervención de las Fuerzas Armadas en la seguridad interior, son parte del plan de ajuste que necesitan las clases dominantes para blindar su tasa de ganancia.
Durmiendo con el enemigo
La consigna de “Nunca más” que muchas organizaciones levantan hoy, tiene una raíz nefasta. El gobierno de Alfonsín, instrumentando la CONADEP y el Juicio a las juntas, instaló la teoría de los dos demonios, donde presuntamente se enfrentaron dos bandos criminales, estando en el medio como espectadores el resto de la sociedad. Así fue posible juzgar, castigar y repudiar a “la subversión”, y demonizar el legítimo uso de la violencia por parte de los trabajadores y el pueblo pobre. Este relato coincide con el que hoy intentan imponer Milei y Villarruel.
Una auténtica defensa de las libertades democráticas
El gobierno nacional ha lanzado una campaña de negacionismo contra los 30.000 compañeros desaparecidos, al mismo tiempo que incentiva los ataques contra organizaciones sindicales, sociales y políticas, hechos que repudiamos. En los últimos días se sucedieron atentados reaccionarios contra dos compañeras. A una militante de H.I.J.O.S. la amenazaron de muerte con armas de fuego, y abusaron sexualmente de ella, y a Teresa Laborde, nacida en cautiverio, hija de Adriana Calvo, la amenazaron por teléfono.
Los intentos de castigar duramente las protestas y las huelgas de los trabajadores con multas, represión y cárcel, deben ser enfrentados con la organización y lucha combativa del movimiento obrero, sin confiar en los jueces ni en el parlamento.
Por otra parte, la avanzada represiva, junto a las reformas pretendidas en el decretazo y la ley ómnibus de Milei, tiene otro componente que es el de prohibir y penalizar el aborto en Argentina, mientras mantiene económicamente a instituciones religiosas y les entrega el control de planes sociales. Constituyen todos ataques contra las mujeres y las familias trabajadoras.
Necesitamos construir la huelga general desde las bases, organizando comités de lucha en cada lugar de trabajo, de estudio y en los barrios, mediante asambleas, eligiendo delegados para formar un Frente único contra el ajuste, con independencia política respecto de las burocracias sindicales y piqueteras, de las patronales y de sus partidos.
Por una salida revolucionaria a la crisis capitalista
Llamamos a organizar la autodefensa obrera y popular, no les tenemos miedo a las bandas fascistas de lúmpenes armados.
Nosotros no somos pacifistas, porque los hechos demuestran que el capitalismo es esencialmente violento. Necesitamos defendernos y luchar por todos los medios necesarios, recurriendo incluso a la acción directa y la violencia en los momentos pertinentes, tanto para la defensa como para la insurrección y la conquista del poder. Reivindicamos las tomas de fábricas, los piquetes, las barricadas, la conformación de grupos de autodefensa, la lucha armada, y todos los métodos que la clase obrera desarrolló y adoptó a nivel mundial. Levantarnos ante un orden criminalmente injusto es mucho más que un derecho, es un deber.
El mejor homenaje a los compañeros desaparecidos es continuar su lucha, hasta la victoria, por el camino de la revolución y el socialismo.
-¡Que a la crisis la paguen los patrones!
-¡No al pago de la deuda externa!
-¡Separación de la Iglesia y del Estado!
-¡Contra la represión estatal y paraestatal, Autodefensa obrera y popular!
-¡Disolución del aparato represivo!
-¡Abajo el ajuste de Milei, el FMI y los gobernadores!
-¡Por la solidaridad internacional con el pueblo palestino!
-¡Por un gobierno obrero y campesino!
-¡Ni olvido, ni perdón, ni reconciliación!
-¡30.000 desaparecidos, presentes!
Octubre Rojo, 24 de marzo de 2024
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